“Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu” (Gálatas 5:16-25)

Dios dice: "Te lo daré". Así que no eres tú quien se hace un Pastor, es Dios quien entrega al Pastor. El Pastor que yo, René, le doy es un Pastor limitado. Pero el Pastor que tiene la aprobación de Dios es ungido, lleno de sabiduría y tomado con inteligencia.

¿Para qué? Para discernir el tiempo del mal, para discernir la hora de la crisis, para discernir la hora de la guerra. Descubrirás que Abraham, el Patriarca, el primer Pastor, fue también el primer Profeta y el primer Hombre de Fe. Trataba con rebaños y tenía un pariente, Lot, que también trabajaba con rebaños. Y llegó el momento, allí en el Génesis 13, en que tuvieron que separarse. Debido al rebaño, no pudieron caminar en unidad. ¿Qué le prometió Dios a Abraham? Te bendeciré, te daré sabiduría e inteligencia en el campo de la fe. La sabiduría y la inteligencia en el campo de la fe, resuelven cualquier problema.

Entonces, cuando el Faraón conoció a la familia de Jacob, y Jacob se levantó y bendijo al Faraón, el rey de Egipto comprendió que ese hombre era un patriarca. La petición de José fue sólo una: que los hermanos siguieran siendo cada uno un pastor.

Entonces, somos pastores, si corres a Génesis 4, comienza la historia de un pastor. Todo lo que vemos en la Biblia traducida es: ¿Cómo mantendré este rebaño? En el Salmo 80, Dios da la idea de un pastor. Él da la idea de que es el pastor y nos guía en todo momento.

Todos los pastores que vienen de Dios están dotados de inteligencia y sabiduría. ¿Qué significa eso? Buscan el discernimiento del Cielo y el Cielo se mueve a su favor. Querido, sabes mucho, pero todavía tienes que mirar duro a Dios para saber lo que quiere decirte en este momento, tienes que buscar la inteligencia y la sabiduría. Dios nos usa cuando su poder se manifiesta en nosotros. La promesa es: "Os daré pastores según mi corazón..." Como hombres de Dios y líderes que somos, debemos superar las obras de la carne y caminar en el espíritu, porque el rebaño que estamos cuidando pertenece al Señor. De ahí la importancia de que nuestro contenido sea de sabiduría e inteligencia para pastorear el rebaño del Buen Pastor. Jesús es el Pastor del rebaño. Este rebaño tiene un destino seguro. Me gusta la frase: Los cielos son nuestro destino. La tierra es nuestra misión. ¡Estamos en una misión! ¿Y está convencido de la misión que Dios le ha confiado? A algunos se les da la misión de ser abogados, médicos, ingenieros, enfermeros, profesionales liberales... ...todas estas misiones tienen una vida útil aquí en la tierra, pero son misiones. Sólo la misión aquí en la tierra termina, la misión de un Pastor resulta en la eternidad. Empezamos un trabajo que nunca termina, es un ministerio que merece honor. La Palabra dice que quien desea el episcopado, desea una obra excelente. Así que desearé el trabajo del episcopado, porque es un trabajo del Espíritu en mi dirección. Y podemos recordar la promesa del Señor de que daría Pastores según su corazón para pastorear el rebaño con inteligencia y sabiduría, como hemos visto en anteriores devocionales. Así que no podemos ser Pastores según el corazón de Dios, llenos de las obras de la carne. ¿Cómo vamos a ser partícipes de la gran multiplicación llena de maldad? No podemos multiplicar el rebaño así. La alegría de cualquier pastor es ver al rebaño expandirse. Cuanto más crece el rebaño, más se regocija el Pastor. Sólo un pastor inmerso en el trabajo de la carne pierde esa alegría.

Dios tiene un gran rebaño y confía en que tú y yo cuidaremos de sus ovejas. Tenemos que mantener este llamado de responsabilidad. Cada pastor que cuida del rebaño con sabiduría e inteligencia se convierte en el líder de una gran multiplicación. Y esa multiplicación no está ligada al número de personas solamente, sino a las vidas que el Señor le ha confiado.

Las personas que están bajo un Pastor que vence las obras de la carne, se convierten en matrices para una gran multiplicación. Las ovejas multiplican las ovejas y el Pastor cuida de las ovejas y forma líderes y Pastores. Y así el rebaño se multiplica.

La misión del Pastor es proteger el rebaño, los discípulos, los Pastores, Obispos, Apóstoles. Créame que aun en medio de las dificultades, todavía estamos experimentando un momento de oportunidad. Y la pregunta es: ¿Qué harás? Por mi parte, me estoy organizando para ser un pastor de inteligencia y sabiduría, que vive en el espíritu y lucha contra la carne. ¿Y tú?

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Plano de Leitura Bíblica

27 Dez
Jó 37
Zacarias 12
Apocalipse 14
28 Dez
Jó 38
Zacarias 13 e 14
Apocalipse 15 e 16
29 Dez
Jó 39
Malaquias 1
Apocalipse 17 e 18
30 Dez
Jó 40
Malaquias 2
Apocalipse 19 e 20
31 Dez
Jó 41 e 42
Malaquias 3 e 4
Apocalipse 21 e 22
01 Jan
Gênesis 1 e 2
Salmos 1 e 2
Mateus 1 e 2
02 Jan
Gênesis 3 e 4
Salmos 3 a 5
Mateus 3 e 4