"Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y domine sobre los peces del mar, y sobre las aves de los cielos, y sobre el ganado, y sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que se mueve sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen; a la imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó. Y Dios los bendijo, y Dios les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra, y sujetadla; y domina sobre los peces del mar y sobre las aves de los cielos, y sobre todo el animal que se mueve sobre la tierra. “  (Génesis 1: 26-28)

Partiendo del supuesto de cómo fuimos creados, necesitamos reconocer que todavía tenemos mucho que aprender sobre nosotros mismos. Esta es la razón por la que necesitamos tanto la restauración y sanidad. Claro que ya hemos tenido muchos avances, pero siempre estamos siendo sorprendidos con situaciones no muy agradables, y nos sentimos, muchas veces, distantes de nuestros blancos. Es como si algunas cosas aún no estuvieran resueltas, como veremos en la parte final de este estudio.

2. DEJANDO LAS COSTUMBRES ANTIGUAS

Un herido no libera esclavos ni conquista territorios. Por el contrario, se vuelve esclavo, porque sólo vive mirando su herida. En la Iglesia, hay situaciones que no fueron tratadas, ni confesadas, porque la persona no logró aún liberación en aquella área de su vida. Es una costumbre vieja que la anula y la deja prisionera de su pasado.

Hay personas que se convierten, pero siguen bebiendo, otras fumando. Hay quienes no fuman y no beben, pero no logran salir de la prostitución. Algunos incluso dicen: "Yo soy santo, pero mi brazo no es". ¡No! Somos completamente santos porque somos consagrados a Dios. Hay, además, personas que no les gusta y no quieren ser sanadas, porque sus heridas son una coartada para arrestar, esclavizar y manipular otras vidas.

A algunos individuos les gusta usar sus enfermedades para llamar la atención, usan sus dolencias para auto promoverse. Es una manera muy enferma de llamar la atención. La persona enferma interiormente, tiene una enfermedad que no ve, tal enfermedad está mantenida por Satanás, y no logra vencer ni a sí misma, ni conquistar los territorios que están a su alrededor, pues está todo el tiempo mirando hacia su herida. Si esta es tu condición, ahora deje el luto de esa herida y recibe vestiduras de alabanza (Isaías 61: 3), sanidad integral del Señor Jesús.

Si usted tiene alguna costumbre del pasado, sepa que Dios renovará a su hombre interior. Sea cual sea el punto de contacto con estas costumbres, usted recibirá liberación cuando entienda que nació de nuevo (1 Pedro 1:23). Crea que Jesús atravesó la historia de vida entre usted y el pecado, entre usted y una costumbre antigua que hace mal a su vida espiritual, como la manera de hablar, de actuar, de comportarse, una arrogancia, una vanidad, algo dentro de su corazón.

Si el diablo logró atraparte en ese engaño, recuerda que Jesús te dio liberación completa, cuando lo recibiste como Señor y Salvador de tu vida. Dios no quiere a ninguno de sus hijos presos a recuerdos y costumbres del pasado. Él quiere curarnos para que vivamos una sanidad permanente. Por lo tanto, decida no corromperse.

Todos los días encontramos barreras y situaciones difíciles. Nuestra alma responderá al nivel en que estamos. Es por eso que Dios está aumentando nuestro nivel de liberación y sanidad interior, para que nuestra historia sea diferente.

3. RECIBIR SANIDAD PARA NUESTRAS HERIDAS.

Satanás quiere prender tu alma en el pasado, quiere sostenerte en costumbres antiguas, para así mantener las heridas en tu interior. Pero el Mesías quiere tocarte para que recibas el comienzo de un nuevo tiempo, poder y cambio sobrenatural. Expón tu alma al Señor, no finjas, no camufles la herida, porque la satisfacción de Dios no es sólo sanar, sino mantener la sanidad.

El dolor, la herida, el problema no es mayor que tú y ni mayor que el Dios a quien tú sirves. Entonces, todas estas cosas están subyugadas. Usted puede tener esa victoria, ese ánimo y ese coraje, y puede subyugar el infierno, exaltando el nombre del Dios Todopoderoso.

Conocemos a innumerables personas que eran altamente enfermas y fueron totalmente transformadas por Dios. Él también quiere intervenir en tu vida, quiere restaurar tu alma, para que respondas en lo sobrenatural y conozcas la fidelidad de Él. Si usted se conoce por dentro, tendrá su vida cambiada en todos los sentidos y podrá responder en todos los niveles.

¿QUIÉN ERES TÚ?

Jesús caminó con los discípulos y les hizo algunas preguntas: ¿Qué dicen los hombres de mí? ¿Y ustedes el que dicen de mí? " (Mateo 16: 13-16). Podemos ver que dos respuestas fueron dadas: una teológica, estudiada, pasada por las enseñanzas rabínicas, doctrinariamente correcta, pues esa era la esperanza de los judíos, y otra límpida, venida de parte del Padre, cosas que sólo el Padre puede revelar y ser testificado por la boca del Mesías, Jesús.

Dios sabe muy bien quién es. Él dijo a Moisés: YO SOY LO QUE SOY (Éxodo 3:14, Juan 8:58). Y, hoy, es Él quien nos pregunta: "¿Quién usted piensa que YO SOY?". Podemos responder de acuerdo con la experiencia que tenemos con Él, y, por lo tanto, obtener cuatro tipos de respuestas.

1. Una respuesta plenamente estudiada o teológica, incluso con fundamento bíblico;
2. Una respuesta de la carne, del entendimiento humano, del espíritu humanista que rige la mente de este siglo;
3. Una respuesta de influencia de las tinieblas. El propio texto demuestra que una persona muy usada por Dios, si no vigila, puede ser usada por el enemigo;
4. Una respuesta rhema, bíblica, espiritual, reveladora venida del Padre.

Necesitamos saber quiénes somos en Dios si ya nacimos de nuevo. Dentro de nosotros hay una semilla incorruptible, de vida (1 Pedro 1:23). Mucho más que te pregunte "¿Quién soy yo?", Dios te está diciendo: "YO SOY en ti".

Creer: la vieja vida que tenías está crucificada en Cristo Jesús (Romanos 6: 6). Esta es la oportunidad de conocer la nueva vida que tienes en Él y la herencia que tienes de él (Romanos 8: 16,17). El verdadero conocimiento de ti es saber quién es él, entonces te encontrarás plenamente contigo mismo.