“Y se decían el uno al otro: «Santo, santo, santo es el Señor Todopoderoso; toda la tierra está llena de su gloria». Al sonido de sus voces, se estremecieron los umbrales de las puertas y el templo se llenó de humo. "(Isaías 6: 3-4)

La base de la verdad y de la justicia está en el Trono de Dios, que es donde se proclama día y noche: "Santo, Santo, Santo es el Señor de los ejércitos." (Isaías 6: 3). Para proclamar la santidad de Dios, debemos reconocer que hay guerra. Para que la justicia sea ejercida hoy, se hace guerra. Para mantenernos en integridad en el Reino, hay una guerra diaria, y esa guerra no es hecha por mí ni por ti. Ella es hecha por Jehová Tsavaot, el Señor de los Ejércitos, que va delante de su pueblo capacitándolo para vencer todas las batallas.

ADORADORES: UNA CLASE BUSCADA POR DIOS

El Padre busca verdaderos adoradores que le adoren en espíritu y en verdad (Juan 4:23). Todos pueden ser adoradores momentáneos, temporales. Pero en el momento que llega la crisis, sólo los adoradores verdaderos se mantienen firmes. No existe otra clase en la Biblia que Dios busque: ni Pastores, Evangelistas, Maestros, Apóstoles, Profetas...

El ritmo del corazón del adorador late en el mismo ritmo del Adorado; hay una complicidad. El corazón del adorador está en línea con los pensamientos, los sentimientos, la fuerza y ​​la gracia de Dios. Desde Adán hasta los Apóstoles, sólo logró tener éxito quien fue adorador.

Usted puede ser excelente en lo que hace, puede tener lo que quiera, y todo eso puede ser apreciado, respetado y honrado por Dios, pero el Señor busca hombres y mujeres que, independientemente de cualquier cosa, jamás dejará de dar a Él la perfecta alabanza, la perfecta adoración.

LA ADORACIÓN NOS LLEVA A LA PRESENCIA DE DIOS

El profeta Zacarías tuvo una visión tremenda de la restauración de un levita sacerdote, Josué. En la visión, el sacerdote estaba delante del ángel del Señor y Satanás se estaba oponiendo a Josué, acusándolo. Pero el mismo Dios resolvió quitar la iniquidad del levita, lo vistió de trajes nuevos, y se presentó a Josué como el Señor de los ejércitos. Dios no se presentó como el Señor de la paz, ni de la prosperidad, ni de la tranquilidad.

La adoración nos lleva a la presencia de Dios, y Él mismo tiene cuidado y quita de nosotros las vestiduras sucias y nos viste con vestiduras de alabanza. Pero para eso habrá guerra. El Libro de Habacuc tiene tres capítulos. El primer capítulo comienza con la guerra espiritual, diciendo que Dios es un Dios de guerra, que no va a tomar al culpable por inocente, que vendrá contra el culpable como un torbellino, y, como una nube de furor, pasará sobre él. Y el nombre Habacuc significa "aquel que adora".

Habacuc, llamado líder de alabanza y adoración, escribe un libro sobre guerra espiritual, para que, en el tercer capítulo diga: "Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales" (Habacuc 3:17)

Habacuc termina el libro diciendo que este cántico debe ser tocado en instrumento de cuerdas. Él lleva al pueblo a adorar a Dios con las palabras proféticas reveladas en su libro, con todo tipo de provisión, lo básico para nuestra vida, está faltando.

Israel vivía de la actividad agropastoril y el profeta estaba diciendo que aunque la economía del país estaba en crisis, él todavía se alegraría y se regocijara en el Dios de los ejércitos. ¿Qué significa eso? Significa que la adoración es el arma más poderosa para vencer al diablo o cualquier situación, incluso cuando su alacena está vacía.

Cuando el rey Josafat entró en guerra, el Señor dijo que el ejército sólo adorara, cantara alabanzas al Todopoderoso. ¿En qué parte de la historia, cuenta que la humanidad venció una guerra cantando, alabando, adorando? En ninguna. Porque esto está registrado en la Biblia, en 2 Crónicas 20: 1-27.

Aunque una guerra se establezca en el reino físico, primero nace, en el reino espiritual. Y si la guerra comenzó allí, no vamos a resolverla aquí. Es en el reino del espíritu que haremos el mayor nivel de conquista. Josafat venció cantando. Josué venció tocando instrumentos y derribó una muralla. Tenemos un complot a nuestro favor para vencer las guerras: Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo, y los ángeles. Hay un ejército poderoso militando por nosotros.

Recuerde que dentro de usted habita el León de la tribu de Judá, proveniente de la tribu de la alabanza y es nuestro gran Sumo Sacerdote. “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión." (Hebreos 4:14)

EL SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS RESTAURA EL SACERDOTE

En el libro de Zacarías, capítulo 3: 1-9, leemos que el Profeta tiene una visión con un levita, el sumo sacerdote Josué: "Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel de Jehová, y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle. Y dijo Jehová a Satanás: Jehová te reprenda, oh Satanás; Jehová que ha escogido a Jerusalén te reprenda. ¿No es éste un tizón arrebatado del incendio? Y Josué estaba vestido de vestiduras viles, y estaba delante del ángel. Y habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él le dijo: Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala. Después dijo: Pongan mitra limpia sobre su cabeza. Y pusieron una mitra limpia sobre su cabeza, y le vistieron las ropas. Y el ángel de Jehová estaba en pie. Y el ángel de Jehová amonestó a Josué, diciendo: Así dice Jehová de los ejércitos: Si anduvieres por mis caminos, y si guardares mi ordenanza, también tú gobernarás mi casa, también guardarás mis atrios, y entre éstos que aquí están te daré lugar. Escucha pues, ahora, Josué sumo sacerdote, tú y tus amigos que se sientan delante de ti, porque son varones simbólicos. He aquí, yo traigo a mi siervo el Renuevo. Porque he aquí aquella piedra que puse delante de Josué; sobre esta única piedra hay siete ojos; he aquí yo grabaré su escultura, dice Jehová de los ejércitos, y quitaré el pecado de la tierra en un día.”

Dios se presentó al sacerdote como el Señor de los ejércitos, y prometió quitar la iniquidad de la tierra en un solo día. Él estaba diciendo: "Voy a quitar la iniquidad de su casa, de su trabajo, de su vida, todo en un solo día. En un solo día quitaré la iniquidad de esta ciudad y pondré sobre ella mi sangre remanente y sobre mis hijos reinará justicia, paz y verdad.”

Cuando adoramos descubrimos que el mejor instrumento de adoración es nuestra voz. Y así se construye el Trono. La justicia, la verdad y la paz vienen cuando adoramos. El Señor se manifiesta, la revelación viene, el conocimiento brota, la liberación se manifiesta y la cura brota apresuradamente. Sumérjase en el río de Dios, entre en adoración y reciba la liberación, la sanidad de su alma y de su físico.

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Plano de Leitura Bíblica

30 Dez
Jó 40
Malaquias 2
Apocalipse 19 e 20
31 Dez
Jó 41 e 42
Malaquias 3 e 4
Apocalipse 21 e 22
01 Jan
Gênesis 1 e 2
Salmos 1 e 2
Mateus 1 e 2
02 Jan
Gênesis 3 e 4
Salmos 3 a 5
Mateus 3 e 4
03 Jan
Gênesis 5 e 6
Salmos 6 a 8
Mateus 5
04 Jan
Gênesis 7 e 8
Salmos 9 e 10
Mateus 6
05 Jan
Gênesis 9 e 10
Salmos 11 a 13
Mateus 7