“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra."(Génesis 1: 26-28)

Comenzamos diciendo por quién fuimos creados y cómo fuimos creados, necesitamos reconocer que todavía tenemos mucho que aprender sobre nosotros mismos. Esta es la razón por la que necesitamos tanta restauración y sanidad. Claro que ya hemos tenido muchos avances, pero siempre estamos sorprendidos con situaciones no muy agradables, y nos sentimos, muchas veces, distantes de nuestros objetivos. Es como si algunas cosas aún no estuvieran resueltas.

En estos momentos, Satanás que es experto en poner acusación y sentimiento de culpa, intenta frenar los grandes proyectos de Dios en nuestra vida. Debemos recordar que cuando empezamos a buscar más de Dios, vamos a morir para nosotros y para el mundo, y la vida de Jesús va perfeccionándose en nuestro cuerpo mortal. “Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas." (2 Corintios 4: 16-18)

En esta guerra intensa, hay que descubrir el valor que tenemos para Dios y el valor del Calvario. Es así como avanzamos hacia la nueva vida que nos es propuesta (2 Corintios 5:17), vistiendo al nuevo hombre (Efesios 4:24). Y, aunque el pecado quiera seducir, tenemos en Cristo la fuerza para vencerlo. Qué bueno saber que cuando la Biblia nos da claridad de quiénes somos, nos sentimos fortalecidos y vencemos las dificultades que nos quieren oprimir.

Para ser verdaderamente fieles, necesitamos tener un concepto correcto sobre quiénes somos en Dios, y para ello necesitamos conocernos. Nuestro mayor miedo hacia nosotros mismos es descubrir quiénes somos. Muchas personas quieren parecerse a los demás, porque tienen miedo de parecer a sí mismos.

Hay personas que tienen un concepto mal formado de quienes son, y por eso viven a la imagen de otra persona, cuando podrían vivir a la imagen de Dios, tal como fueron creadas. La gente no se satisface con lo que es, por lo que desean vivir otro papel. Muchos dicen: "¡ah! si yo fuera fulano... ". Algunos incluso se sienten honrados cuando alguien dice: " ¡Tú te pareces tanto con fulano!" Y aunque parezca ajeno sea motivo de honra, el motivo más grande de honra para nosotros debe ser, parecernos con Aquel que nos creó.

Pablo nos alerta de cómo debe ser el concepto de nosotros mismos: "Sed mis imitadores así como yo soy de Cristo." (1 Corintios 11: 1). Pero, para ello, debemos perseguir dos actitudes: el morir diario (2 Corintios 4:11) y la crucifixión de la carne (Gálatas 2:20).

Nosotros, que nacemos de nuevo, que mantenemos la santidad y la comunión con Dios, no debemos desesperarnos cuando pasemos por aflicción o tribulación, pues la victoria en Jesús es nuestra garantía (1 Corintios 10:13, Santiago 1:12).

CÓMO PODEMOS CONOCERNOS

1. Dejar de vivir en el pasado

Hay personas que viven diciendo: "Yo tenía. "Yo fui". Viven en el pasado, olvidan que Dios quiere construir una nueva historia. Algunos se convierten y empiezan a perder bienes materiales, pues los habían adquirido a través de una base ilegal, de Lucifer. Lo que ocurre es que el enemigo viene a reivindicar los derechos de esa base cuando la gente recibe a Jesús en sus vidas. Y la persona dice: "¡Pero yo había conseguido tantas cosas!"

Evalúa la forma en que has adquirido lo que tienes hasta hoy. Dios permite que haya una limpieza para que ahora todo pueda ser construido bajo la luz, novedad y salud del Reino. Y usted se convertirá en una persona próspera.

Dos características componen el carácter de un hombre que vive en el tiempo presente de Dios: prosperidad y éxito. Dios está moldeando nuestro carácter para vivir así. Sin embargo, muchos de nosotros disfrutamos de movernos el pasado como si fuéramos museo. A quien le gusta el pasado es al museo y el diablo, que vive recordándonos pecados ya borrados por la sangre de Cristo. A él le gusta recordarnos el pasado.

Algunas personas olvidan que sus pecados tienen un destino: la Cruz del Calvario y las profundidades del abismo (Miqueas 7:19), y Dios no recuerda más de ellos (Isaías 43:25). Es necesario que dejemos los recuerdos del pasado, como dice la Biblia: dejando las cosas que quedan atrás, proseguimos hacia el blanco del supremo llamamiento (Filipenses 3: 13,14).

Hay personas que van andando y vuelven a mirar el pecado que se quedó atrás. Quien mira hacia atrás queda petrificado, se convierte en una estatua de sal en la historia, según Génesis 19:26. Es decir, cuando usted mira hacia atrás, petrifica su fe.

Continúe con el objetivo. Usted necesita saber cuál es el suyo. Quien no tiene objetivos, no tiene desafíos en el presente, siempre vuelve al pasado. Entonces Satanás los sostiene, los toma, pues quiere que siempre vuelvan al punto de donde el Señor ya los sacó.

¿Sabes cuál fue la mayor dificultad del pueblo que estaba en Egipto? No fue salir de allí, sino sacar a Egipto que estaba dentro de ellos. Salir de Egipto es fácil, lo difícil es que Egipto salga de dentro de nosotros. Esta es nuestra tarea.

Necesitamos entender que, para que nuestro hombre interior se renueve, es necesario dejar de vivir en el pasado. Quien vive en el pasado y de vez en cuando va al punto de contacto donde Satanás lo tomó, difícilmente logrará el éxito en el ministerio, porque Satanás siempre estará trayendo a la luz recuerdos y, a través de los recuerdos, prisiones.

A veces pensamos que estamos liberados y no lo estamos. Dios nos lleva a muchas pruebas para saber que hay dentro de nosotros. El hombre interior sanado no tiene recaída de carácter. ¡Es sanado! Puede incluso ser tentado, pero ser tentado es un privilegio, porque es una oportunidad que Dios nos da para decir no al pecado. Por eso, conózcase por dentro. Usted necesita conocerse interiormente para que pueda comprender el proyecto de Dios en su vida.

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Plano de Leitura Bíblica

30 Dez
Jó 40
Malaquias 2
Apocalipse 19 e 20
31 Dez
Jó 41 e 42
Malaquias 3 e 4
Apocalipse 21 e 22
01 Jan
Gênesis 1 e 2
Salmos 1 e 2
Mateus 1 e 2
02 Jan
Gênesis 3 e 4
Salmos 3 a 5
Mateus 3 e 4
03 Jan
Gênesis 5 e 6
Salmos 6 a 8
Mateus 5
04 Jan
Gênesis 7 e 8
Salmos 9 e 10
Mateus 6
05 Jan
Gênesis 9 e 10
Salmos 11 a 13
Mateus 7