"Por cuanto, así como, en los días anteriores al diluvio, comían, bebían, se casaban y se daban en matrimonio, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no lo percibieron, hasta que vino el diluvio, y los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del hombre. Entonces, estando dos en el campo, será llevado uno, y dejado el otro; estando dos moliendo en el molino, será llevada una, y dejada otra. Vigilad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir a vuestro Señor" (Mateo 24: 38-42)

“Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. Asimismo, el que había recibido dos, ganó también otros dos. Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses.  Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. (Mateo 25: 14-30)

La entrada en el cielo no es en multitud, ni de 12 en 12, es individual, por eso usted debe buscar vivir en la Tierra una vida aprobada para el cielo. Deje de dar vueltas en el mundo, deje de visitar el mundo y decida vivir en santidad. En consecuencia, usted madurará, su lenguaje cambiará y todo será transformado a su alrededor.

Una vida que vive para Dios comienza a perder el placer en las cosas del mundo. Cuanto más crezca en intimidad, más algunas cosas ganan sentido y otras van perdiendo el valor. Esto sucede porque usted va cambiando su forma de pensar, actuar, sentir, y así se va acercándose cada vez más del Padre y de su blanco, que es el Cielo.

VENZA LAS MURMURACIONES

Al principio de su vida espiritual, es común no entender muy bien algunas cosas, y muchas veces VA A querer buscar todas las explicaciones con el discipulador. Sólo que su discipulador no siempre estará disponible, al menos no 24 horas al día. Por supuesto, sucederán situaciones en las que usted necesitará hablar con él, pero él no podrá hablar con usted. Usted necesitará que vuelva el enlace, pero se tardará en volver ...

¿Cuál será su forma de reaccionar? Es a esa hora que sabrá si está creciendo en madurez o si todavía tiene mucho del mundo en usted. ¿Por qué? Ahora bien, una persona que vive con el mundo dentro de sí va a reclamar y murmurar con mucha facilidad. Pero, alguien que no vive sólo para sí, piensa que, si el discipulador no llamó o no habló con usted por el hecho de estar pasando una situación difícil, o estar en el trabajo con aquel jefe que es incomprensible.

Entonces, deje de vivir dando confianza a las enfermedades del pasado. No cultive las heridas de otro, comience a entrar en el mundo espiritual y agradezca a Dios porque usted ha sido alcanzado. ¡Venza las murmuraciones!

ES TIEMPO DE MADURAR

¡Usted necesita madurar! Cuando, en el mundo, usted quiso ir a la inmoralidad, a la discoteca e involucrarse con el pecado, no pidió autorización de nadie, incluso no pidió liberación del discipulador; usted fue con sus propias piernas. Ahora, esas mismas piernas necesitan aprender el camino de la Iglesia, de la santidad, de leer la Biblia, de buscar a Dios, de orar a las seis de la mañana. ¡Llega de minimices!

Deja de hacer rutas fuera de los patrones de Dios, que sabotean la vida de Dios en su carácter, justificando la carnalidad y jugando la responsabilidad de su pecado al líder o incluso a otras personas. Usted es el único responsable de sus actos. Fue usted quien decidió pecar y no respetarse.

Aprende a cuidar de tu vida espiritual, pues nadie va al Cielo en grupo, pero sí de forma individual. Esto es vivir de forma aprobada para ir a vivir en el cielo. No hay lugar para más de uno en el ascensor que va para el cielo. ¡Es de uno por uno! Sólo entra quien es lavado y redimido por la sangre del Cordero y ha vivido el patrón de santidad de la Palabra. En el día del rapto, uno va y otro se queda.

EL DÍA DEL SEÑOR ES PARA TODOS, PERO DE FORMA INDIVIDUAL

Tenga la conciencia de que el día en que Dios le llama, la rendición de cuentas es individual. Muchas personas pueden morir al mismo tiempo, pero la rendición de cuentas es individual. Por eso es importante tener un pacto de santidad con el Señor y dejar de visitar el mundo, alimentarse de él, fortalecer la carne y debilitar el espíritu.

Quien planta en la carne, de la carne cosechará corrupción. "Porque el que siembra en su carne, de la carne segará la corrupción; pero el que siembra en el Espíritu, del Espíritu segará la vida eterna. "(Gálatas 6: 8). No sirve vivir la semana entera en la carne y, el domingo, en el Culto, querer resultado de santidad. No sirve de llorar en el Altar delante de Dios si usted da carcajadas en presencia del enemigo.

Quien se alimenta del mundo tendrá resultado del mundo. Es como una mujer que come plato de albañil y quiere tener cuerpo de modelo. Las realidades son paralelas. Alguien que se llena de comida no tiene como ser esbelto. ¡Es incoherencia!

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Plano de Leitura Bíblica

30 Dez
Jó 40
Malaquias 2
Apocalipse 19 e 20
31 Dez
Jó 41 e 42
Malaquias 3 e 4
Apocalipse 21 e 22
01 Jan
Gênesis 1 e 2
Salmos 1 e 2
Mateus 1 e 2
02 Jan
Gênesis 3 e 4
Salmos 3 a 5
Mateus 3 e 4
03 Jan
Gênesis 5 e 6
Salmos 6 a 8
Mateus 5
04 Jan
Gênesis 7 e 8
Salmos 9 e 10
Mateus 6
05 Jan
Gênesis 9 e 10
Salmos 11 a 13
Mateus 7