"Al día siguiente, Juan estaba otra vez allí, y dos de sus discípulos; y viendo pasar a Jesús, dijo: He aquí el Cordero de Dios. Y los dos discípulos lo oyeron decir esto, y siguieron a Jesús. Y Jesús, volviéndose y viendo que lo seguían, les dijo: ¿Qué buscáis? Y ellos dijeron: Rabí (que, traducido, quiere decir Maestro), ¿dónde moras? Él les dijo: Venid, y ved. Fueron, y vieron donde vivía, y quedaron con él aquel día; y era ya casi la hora décima. Era Andrés, hermano de Simón Pedro, uno de los dos que oyeron lo de Juan, y lo habían seguido. Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Encontramos al Mesías (que, traducido, es el Cristo). Y lo llevó a Jesús. Y, mirando Jesús a él, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir Pedro). "(Juan 1: 35-42)

Una casa de referencia es una casa bendecida. Cuando buscamos modelos bíblicos en los cuales  podamos apoyarnos, nos quedamos perplejos al ver tantos desmanes en el comportamiento de las familias en los días de hoy. Muchas veces, ni las casas de los sacerdotes que son los mentores, han sido referencia de avivamiento. La casa de Jesús era el modelo que hoy todos necesitamos reflejar, pues en ella había sacerdocio y una doctrina firme en los principios de Yawé. Es la casa de Jesús un ejemplo importante para guiarnos y apoyarnos.

FORMANDO UNA GENERACIÓN DE HERALDOS

Generalmente, caminamos muy amedrentados con las interpretaciones ajenas porque no entendemos el plan divino y cómo es que Dios levantará una nueva generación de heraldos dentro de nuestra casa.

La familia, de cerca y de lejos, está respaldada en una promesa, por eso debemos dotarnos de autoridad y aprender de Jesús como convivir e invertir en la familia.

Déjame dar un recordatorio: En la visión familiar mesiánica, Jesús pasó 30 años trabajando con su familia y tres años con los discípulos. En la hora que murió, quien estaba a su lado, era la familia. La Biblia registra que su madre, María, acompañó todo el trayecto de su Hijo hasta la Cruz.

Nosotros vemos cuánto Jesús se enfocó en su casa. Su ministerio público comenzó a los 30 años y, en ese período, Él estaba invirtiendo en su casa.

Imagínese la casa de José y María, con la presencia de Jesús trabajando el carácter de sus hermanos y de todos los que frecuentaban aquella casa. ¡Qué hermoso lugar! ¡Qué lugar de paz! ¡Qué familia feliz!

Para los problemas que surgían, la solución estaba presente. Me siento admirado al percibir cómo las estrategias divinas se enfocan a las familias y cómo Dios tiene un amor tan inmenso por nuestras casas.

No obstante, el adversario quiere destruir ese plan divino, pero, como siempre, saldrá derrotado. Sabemos que la lucha es grande, pero trabajaremos enfocados en la promesa, pues la victoria es nuestra certeza.

Jesús pasó más tiempo consolidando su casa que levantando una generación de discípulos. Esta inversión, ciertamente, tuvo relevante resultado. Cualquier individuo que invierte tres décadas en el carácter familiar tendrá recompensa de Eternidad.

FAMILIA, NUESTRO MAYOR RESULTADO EN LA VISIÓN

Ahora, vamos a evaluar el resultado de una familia donde Jesús pasó su historia trabajando por ellos. De toda la vida que Jesús plantó en su familia, Él diezmó tres años para bendecir a las generaciones.

Nosotros no adquirimos nuestro equipaje ministerial en el púlpito, sino en la casa en que vivimos, aprendiendo con los mayores y enseñándonos unos a otros. Esta lección de Jesús es una revelación para la Eternidad.

Y en este texto, tan rico de detalles, una de las cosas que me impresiona, es ver a la familia de Jesús completa (aunque no cite a José) preocupada por un joven de 30 años, que estaba sumido por 40 días, luchando contra el enemigo. "Entonces fue conducido Jesús por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Y, habiendo ayunado cuarenta días y cuarenta noches, después tuvo hambre. Al llegar, entonces, el tentador, le dijo: Si tú eres Hijo de Dios manda que estas piedras se vuelvan en pan. Pero Jesús le respondió: Está escrito: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo colocó sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si tú eres Hijo de Dios, echa de aquí abajo; porque está escrito: A sus ángeles dará órdenes sobre usted; y ellos te sostendrán en las manos, para que nunca tropieces en alguna piedra. Jesús le respondió: También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios. De nuevo el diablo lo llevó a un montón muy alto; y le mostró todos los reinos del mundo, y la gloria de ellos; y le dijo: Todo esto te daré, si, postrado, me adorares. Entonces le ordenó Jesús: Ve, Satanás; porque está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, y sólo a él servirás. Entonces el diablo lo dejó; y he aquí que vinieron los ángeles y lo sirvieron. "(Mateo 4: 1-11)

TRABAJANDO CON LA FAMILIA

"Y pasando de allí un poco más adelante, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan, su hermano, que estaban en el barco reparando las redes, y luego los llamó. Y ellos, dejando a su padre Zebedeo en el barco con los jornaleros, le siguieron. "(Marcos 1: 19,20)

Es muy bueno ver como Jesús invirtió en la familia. Mirando el texto arriba, pensamos que todo era así: "¡Ven y sígueme!", Pero las cosas obedecían principios. Un padre nunca podría ser dejado en el camino, ni subestimar su autoridad por sus hijos. Claro que aquí tiene un permiso familiar para que Santiago y Juan siguieran a Jesús.

Habrá continuación ...

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Plano de Leitura Bíblica

30 Dez
Jó 40
Malaquias 2
Apocalipse 19 e 20
31 Dez
Jó 41 e 42
Malaquias 3 e 4
Apocalipse 21 e 22
01 Jan
Gênesis 1 e 2
Salmos 1 e 2
Mateus 1 e 2
02 Jan
Gênesis 3 e 4
Salmos 3 a 5
Mateus 3 e 4
03 Jan
Gênesis 5 e 6
Salmos 6 a 8
Mateus 5
04 Jan
Gênesis 7 e 8
Salmos 9 e 10
Mateus 6
05 Jan
Gênesis 9 e 10
Salmos 11 a 13
Mateus 7