“Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él” (1 Juan 3:1)
Casi todos los países del mundo dedican un día especial para homenajear a los padres. Las fechas cambian de acuerdo con la región, pero siempre se recuerda el día del, padre.

Los padres merecen tal homenaje, después de todo, nos dieron vida, cuidaron de nosotros cuando éramos niños, nos aseguraron el sustento, nos educaron y fueron nuestro gran ejemplo en tantas fases de la vida, hasta el punto de mirar a ellos como verdaderos héroes.

Los que tuvieron el privilegio de convivir con sus padres, incluso después de adultos, todavía guardan en el recuerdo aquellos momentos en que eran cargados en el regazo y se sentían tan felices y protegidos en los brazos del padre como en ningún otro lugar.

Y ellos son tan importantes en la vida de sus hijos que la Biblia se refiere a los padres como referencias de cuidado, responsabilidad y disciplina.

Y es esa misma Palabra que también nos enseña a respetarlos y honrarlos, como está escrito en Efesios 6: 2: "Honra a tu padre ya tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y vivas mucho tiempo sobre la tierra.

Y esa honra no se refiere sólo a comprar regalos y hacer almuerzos especiales, sino en obedecerlos, ayudarlos, preocuparse por sus problemas y necesidades, ser paciente cuando las opiniones divergen y, por supuesto, dedicar tiempo a ellos, siempre con mucho amor y cariño y eso, todos los días del año.

Aunque usted no tenga más a su padre junto a usted, o que no haya sido una buena referencia, debe respetar su recuerdo o tratar de arreglar algún pendiente familiar del pasado, después de todo, siempre hay tiempo para perdonar y establecer un tiempo nuevo en su vida y en la vida de las personas que conviven con usted.

Sepa que no hay nada que Dios no pueda restaurar, transformar, basta que usted clame por un milagro y también haga su parte con actitudes amorosas y comprensivas y esté dispuesto y vivir un tiempo nuevo.

Cuando miramos a nuestro padre biológico, podemos ver en él, un retrato de Dios mismo, que nos cuida como un verdadero Padre, pues nos ha hecho, a su imagen y semejanza, tal como nos asegura la Biblia en Deuteronomio 32,6: "No ¿es él tu padre, tu creador, que te hizo y te estableció? ". Y, como un padre, nos ama, nos bendice, nos disciplina y nos santifica para que lo honremos y gozamos con nuestra vida y podamos estar con Él y disfrutar de su presencia paterna, por toda la eternidad.

Honre a su padre, pues él es una imagen de Dios en su vida. Agradezca por todo y ore por él, después de todo, él ora por usted desde antes de que usted nazca.

Algunos textos para meditar:

"Oíd, hijos, la instrucción del padre, y estad atentos para conocer la prudencia." (Proverbios 4: 1)

"Así como un padre se compadece de sus hijos, así el Señor se compadece de aquellos que le temen." (Salmos 103: 13)

"El necio desprecia la instrucción de su padre, pero el que observa la reprensión se habrá prudentemente." (Proverbios 15: 5)

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Plano de Leitura Bíblica

24 Dez
Jó 33
Zacarias 9
Apocalipse
7 a 9
25 Dez
Jó 34
Zacarias 10
Apocalipse
10 e 11
26 Dez
Jó 35 e 36
Zacarias 11
Apocalipse
12 e 13
27 Dez
Jó 37
Zacarias 12
Apocalipse 14
28 Dez
Jó 38
Zacarias 13 e 14
Apocalipse
15 e 16
29 Dez
Jó 39
Malaquias 1
Apocalipse
17 e 18
30 Dez
Jó 40
Malaquias 2
Apocalipse
19 e 20