"Que los hombres nos consideren, pues, como ministros de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. Y, además, lo que se requiere en los mayordomos es que cada uno sea encontrado fiel. "   (1 Corintios 4: 1,2)

Es normal que cada uno de nosotros tenga dentro de sí algo preconcebido sobre lo que es fidelidad. También es normal que vivamos en busca de la fidelidad como uno de nuestros objetivos. Pero si miramos por un aspecto general, descubrimos que la fidelidad se caracteriza por la firmeza y la certeza de los propósitos; por actitud y conducta justas; por la devoción de alguien a una persona ya una causa.

Fidelidad es incorruptibilidad, es sinceridad, es generar confiabilidad, es cumplir las promesas y votos hechos. Por todo ello, fidelidad significa lealtad sincera. Todos los fieles poseen ese conjunto de cualidades. Cuando hay fallas, cuando se percibe que, en algún punto, está fallando, debe haber tratamiento para alcanzar un carácter fiel.

Decidir ser fiel habla de tener un carácter que sueña conquistar todo el nivel de ajuste que Dios ofrece. La fidelidad, entonces, pasa a ser un estilo de vida generado por el Espíritu Santo en nosotros. Necesitamos entender, en ese proceso de caminata en busca de la fidelidad, que hemos vivido en una sociedad llena de enfermedades y uno de los factores enfermos que más se destaca es justamente la falta de fidelidad.

La infidelidad se expresa hoy en las relaciones interpersonales, familiares, conyugales, profesionales ... Vivimos en medio de una sociedad desafiante y fuimos elegidos por Dios para levantarnos como Iglesia de Jesús para implantar el carácter fiel en nuestra Nación. Y todo comienza dentro de nosotros. Sólo conseguiremos cambiar la sociedad que se encuentra enferma a partir del carácter fiel que Dios genera en nosotros. Hay muchos aspectos importantes que necesitan ser generados por la fidelidad en nosotros, en nuestro carácter, como podemos ver en este estudio.

FIDELIDAD GENERA TEMOR
"El temor del Señor es el principio de la sabiduría." (Proverbios 1: 7)

Cuando decidimos ser fieles, estamos estableciendo pactos y buscando alianzas que firman nuestra relación con Dios, con las personas, con causas específicas y con nosotros mismos. Cada una de estas relaciones trae niveles desafiantes y necesitamos decidir implantar la fidelidad. No existe fidelidad en el aislamiento. En el aislamiento, nada se prueba. Todo es muy fácil cuando la persona está en su horizonte, en su mundillo cerrado. Si queremos ver si tenemos el carácter fiel y el temor generado, debemos buscar en la relación y en la colectividad.

Ningún ser humano es probado en la fidelidad si en todos los momentos está aislado, solo. Nadie es fiel a sí mismo sin ser probado con los demás. "Se afila el hierro con el hierro; así el hombre afila el rostro de su amigo. "(Proverbios 27:17). Pasar por pruebas con las personas es algo necesario; seremos probados en las relaciones. Necesitamos entonces dejar esta postura ensimismada, porque cuando nos llenamos de nosotros mismos, lastimamos a las personas y todos los que se acercan a nosotros acaban siendo heridos por nuestro exclusivismo.

La fidelidad genera temor en la vida y en el corazón. Es como establecer pactos. Pero, para ello, es necesario tener temor en el corazón. El temor no es caminar con miedo, sino vencer el miedo al nacer el temor, el respeto sano a la autoridad, buscando la salud en la relación. Todo líder que tiene temor revela que es sabio.

Necesitamos aliarnos a las personas y a las relaciones que nos curan, que nos traen vida. El desafío de la fidelidad es una de las grandes marcas de este movimiento de Dios para nosotros, que generará el temor sano que llamamos respeto.

Es muy importante relacionarnos con respeto. Una familia que nutre el respeto vive en paz. El marido debe respetar a la esposa y la esposa debe respetar al esposo para que los hijos respeten a los padres a partir de un testimonio irreprensible.

En nuestra relación con Dios, el hombre respeta a Dios porque Dios respeta a los hombres. Él es maravilloso y el mayor modelo para nosotros de todos los actos que alguien puede realizar aquí en la Tierra. Necesitamos movernos con esa fuerza de una relación sana y sin neurosis, que nos lleva a una vida de sabiduría. Tenemos la necesidad de romper con los límites del alma para que Dios haga cosas nuevas.

La forma de rendirnos a Dios es a través del temor, a través de los principios de Su Palabra. El temor de nuestro corazón dará testimonio de que tenemos una vida de sabiduría. Lo interesante es que en la Biblia la sabiduría es Dios mismo. Dios es la fuente de la sabiduría. Dios es la fuente de toda fidelidad. Cuando actuamos en temor, en profundo respeto en todas las áreas, significa que la vida de Dios está en nosotros.

FIDELIDAD GENERA RESPONSABILIDAD
"De manera que cada uno de nosotros dará cuenta de sí mismo a Dios." (Romanos 14:12)

La Biblia está llena de referencias que nos remontan a la responsabilidad personal. La promesa para los fieles es la corona de la vida. Pero la corona de la vida es para quien desea este nivel de fidelidad: fidelidad que genera responsabilidad. La responsabilidad del líder refleja un carácter fiel. Quien es fiel es responsable y viceversa. Es un condicionamiento. No hay como probar que personas que viven relajadamente, no cumplen horario, no honran compromisos, no entregan objetivos, no se dedican a los trabajos que les son confiados, son fieles.

Fidelidad es caracterizada por la responsabilidad, por los cumplimientos a los votos hechos. No podemos encarar responsabilidad como una carga que no podemos soportar y cargar. La responsabilidad y el temor son ingredientes del carácter fiel. Dios quiere generar una Iglesia fiel y por eso nos está llamando para estandarizar una Nación con fidelidad generada por el temor y la responsabilidad. Porque algunos son fieles sólo cuando buscan sus propios intereses, una fidelidad condicionada o conveniente. Sin embargo, estamos viviendo un tiempo de restauración y la responsabilidad es el resultado de una persona con el carácter tratado. Cuando la persona actúa por amor y camina por la fidelidad sin intereses, ella prueba que alcanzó madurez.

Soñar y vivir las delicias de un carácter fiel; la fidelidad formará parte de nuestra naturaleza. Llegará un día en que tener un carácter fiel será lo mismo que beber agua y alimentarse. Fluiremos, así, sin resistencias, sin raíces de humanismo que entraron en nuestra alma y que necesitan ser quebradas en el nombre de Jesús. El carácter de Cristo hierve en nuestro ser y la gente, al mirar hacia nosotros, verá las marcas de la fidelidad y la sinceridad, de alguien que tiene un carácter totalmente aprobado por la gracia, por la mano de Dios, por los principios de la Palabra.

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Plano de Leitura Bíblica

24 Dez
Jó 33
Zacarias 9
Apocalipse
7 a 9
25 Dez
Jó 34
Zacarias 10
Apocalipse
10 e 11
26 Dez
Jó 35 e 36
Zacarias 11
Apocalipse
12 e 13
27 Dez
Jó 37
Zacarias 12
Apocalipse 14
28 Dez
Jó 38
Zacarias 13 e 14
Apocalipse
15 e 16
29 Dez
Jó 39
Malaquias 1
Apocalipse
17 e 18
30 Dez
Jó 40
Malaquias 2
Apocalipse
19 e 20