"Porque está escrito: mandará a sus ángeles, de ti, que te guarden ..."  (Lucas 4:10)

Hay una necesidad de ser prosperados. ¿Por qué? Porque la prosperidad es acumulación de bienes que podemos tener. Podemos agregar bienes de diversas formas: trabajando, por herencia o por una bendición liberada. Hay personas que no esperan y, de repente, quedan prósperas. Esto sucede porque la prosperidad obedece a principios. Nadie es próspero sólo por ser, sino por cumplir principios. Todos los que caminan en la senda de la honra, ciertamente prosperarán.

La prosperidad es el resultado de una acción de honra en la dirección de Dios, del Reino, del Rey, del líder, de las vidas. Usted prospera por acciones favorables que colaboren con su prosperidad. Quien piensa en tener prosperidad para aprovisionamiento, debe tener prosperidad para suministrar a otros. Quien piensa en prosperidad para acumular bienes e inmuebles, tendrá prosperidad para acumular bienes e inmuebles. Quien piensa en prosperidad para hacerse rico o millonario tendrá que hacer los caminos para hacerse rico o millonario.

Para ser próspero, necesitas razonar como una persona que tiene que dar. Cuanto más bendices, más bendecido te vuelves. Dios siempre te bendecirá para que tengas y des de aquello que recibiste de él.  Aprende a razonar, haz caminos para tu conquista y tendrás la prosperidad que pensaste tener.

La prosperidad viene por tres vías: trabajo, herencia o bendición desatada. Y hay personas que alcanzan prosperidad en las tres vías. ¡Dios puede hacerlo!

ABRAHAM - UN HOMBRE DE FE Y PRÓSPERO

Cuando diagnosticamos prosperidad, necesitamos entender qué prosperidad es lo que Dios quiere para nosotros. Es un deseo de Dios que seamos prósperos. El mayor hombre de fe y de prosperidad que conocemos en la Biblia es Abraham. Él era líder de fe, pero esperó 24 años para que Isaac naciera. Él era líder de fe, pero no oró para que cayera lluvia cuando todo entró en ruina y experimentó una gran sequía. Él era un hombre de fe, pero los pozos se secaron ante sus ojos. Sin embargo, sostenía el lenguaje de la fe y prosperidad.

A pesar de todo esto, Abraham era un hombre de fe. Cuando Dios le dijo que saliera de su tierra y del medio de su parentela, obedeció. Y por su obediencia, prosperó. Pero eso no le impidió sufrir todas las consecuencias de un hombre natural. La obediencia de salir de una tierra a otra, lo hizo un hombre de fe desatado en una tremenda prosperidad. Quien quiera entender la prosperidad tendrá que conocer la historia de Abraham.

La prosperidad comienza con Abraham. Él no tenía absolutamente nada, a no ser una mujer estéril y un sobrino problemático. Eso era todo lo que tenía para comenzar la vida. Sin embargo, alcanzó el éxito y terminó la vida con descendencia; muy rico y sin el sobrino. Esto es una gran bendición.

En Abraham, la fe estaba desatada. Génesis 13 comienza diciendo que Abraham fue a una tierra seca, después a Egipto. Entró en Egipto sin nada y salió de allí rico. ¿Quién consigue entrar en una tierra seca, llevando sólo mujer, sobrino y siervos, sin dinero para tener como comprar y aun así, volverse rico? ¿Cómo alguien consigue eso? Es porque hay un misterio para la prosperidad. La verdadera prosperidad no es la que se mueve en la tierra, sino la que se mueve desde el Trono.

La verdadera prosperidad es aquella que no necesitamos el amén de hombres, sino del amén de Dios. La verdadera prosperidad es la que hace que los reyes, Faraones y otros tipos de liderazgo nos bendigan. Génesis 13 deja claro que Abraham entró en Egipto pobre y salió rico en plata, oro, siervos, ganados ... Y Lot, el sobrino que andaba con él también se enriqueció. Entonces, la prosperidad es un favor. Sólo Dios revela la ruta de la verdadera prosperidad, que es la prosperidad del Trono.

LA PROSPERIDAD ES UNA SEMILLA DE FE

Las personas son prósperas por la ruta natural, son prósperas por la bendición. Abraham tuvo su nivel de prosperidad movido por la fe. Porque él creyó, el Señor lo prosperó. Entonces, hay un tipo de prosperidad que es generada por la fe. Cuando actuamos por la fe, el Señor hace que nuestra ruta prospere.

Libere la fe en dirección a sus rutas y Dios lo prosperará, pues ese es el deseo de Él. La prosperidad no es según su entendimiento, pero si lo que la Biblia dice que es. Muchas personas tienen una bendición desatada en el cuaderno de Dios y no se dan cuenta.

Usted necesita ver su prosperidad, necesita ver la bendición del Señor apegarse a su vida y ministerio, haciendo prosperar todas las obras de sus manos. Ver la prosperidad no desde la perspectiva de la fuerza de su brazo, sino desde la perspectiva de Dios.

Ver y esperar. No basta con ver y no esperar que el tiempo se cumpla. Si no será como un atleta que da un salto, pero no completa la prueba, ciertamente no será aprobado, pues no cumplió la finalidad para la cual había entrenado. La prosperidad no depende sólo de algunos saltos correctos, pero de todos los saltos dados correctamente.

Muchas personas no viven mejor y no alcanzaron un nivel mayor de prosperidad, porque hacen inversiones en muchas tonterías, invierten en lo que no es pan. Y la Biblia dice que no debemos gastar en lo que no es pan.

"Lanza tu pan sobre las aguas, porque después de muchos días lo hallarás." (Eclesiastés 11: 1). Hasta la Biblia dice que debemos poner el dinero en ahorro. Lo que necesitamos saber es hacer diferencia entre lo que señala inversión y lo que señala gastos; lo que señala perjuicio y lo que señala beneficios; hay cosas que entorpecen la ruta de la prosperidad.

Necesitamos evaluar con quién podemos contar, quién es la gente que nos bendice y cómo estamos trabajando. Dios dice que hará prosperar el trabajo de nuestras manos. En Romanos 8, el Señor dice que liberará herencias y nos hará herederos y coherederos en todas las cosas. Podemos prosperar a través de la herencia, pero hay algo destinado en el Trono. El trono se moverá a nuestro favor si ponemos el corazón en la presencia de Él.

Quien se agrada de Dios come lo mejor que la Tierra produce. Eso es prosperidad. Hay personas que trabajan durante toda una vida, mueren y no consiguen obtener la casa propia. ¿Qué les faltó? Educación. Todo lo que viene del Cielo a la Tierra es el resultado de una semilla plantada en la Tierra. El Cielo no se mueve sin semilla plantada. Las semillas son reivindicadoras de destino, por eso plante semillas osadas.

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Plano de Leitura Bíblica

24 Dez
Jó 33
Zacarias 9
Apocalipse
7 a 9
25 Dez
Jó 34
Zacarias 10
Apocalipse
10 e 11
26 Dez
Jó 35 e 36
Zacarias 11
Apocalipse
12 e 13
27 Dez
Jó 37
Zacarias 12
Apocalipse 14
28 Dez
Jó 38
Zacarias 13 e 14
Apocalipse
15 e 16
29 Dez
Jó 39
Malaquias 1
Apocalipse
17 e 18
30 Dez
Jó 40
Malaquias 2
Apocalipse
19 e 20