"Seguid la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá a Dios." (hebreos 12:14)

En los días en que vivimos, libramos una guerra para mantenernos en santidad. Al final, no es fácil absorber un patrón de santidad en una sociedad que destila tantas mentiras, encantamientos y propuestas que nos distraen del patrón bíblico. Sin embargo, usted forma parte de una generación de hijos e hijas que no se venden, no se rinden a propuestas y encantamientos. Usted será usado por Dios para ser la diferencia en medio de una generación de iguales.

El mal uso del concepto de santidad, así como el entendimiento de lo que la palabra significa, ha llevado a algunos a pensar que vivir en santidad es estar en un sistema carcelario, con corrientes en los pies y esposas en las manos, inmovilizados y encerrados en nuestras cuatro paredes. Lamentamos, pues la propuesta bíblica es para vivir en santidad y gozar de la libertad que Jesús conquistó en la Cruz.

Algunos, después de la conversión, en la búsqueda de vivir en santidad y por no comprender las realidades espirituales, adquieren comportamientos que pueden ser analizados como verdaderos sistemas de castas, lo que hace que muchas veces pierdan su identidad. Por supuesto que Dios quiere transformar la esencia, la identidad, pero Él no quiere que la persona quede sin carácter.

Las conquistas más relevantes son por la forma como vivimos la santidad. La santidad es una orden del Trono, sin ella nadie verá a Dios (hebreos 12:14), es decir, la santidad es una orden que produce frutos en quienes la obedecen, muchos beneficios, entre ellos, el más grande: Dios.

SANTIDAD, UN LLAMADO DIVINO
"Por tanto, santifíquense y sed santos, pues yo soy el Señor, el Dios de ustedes." (Levítico 20: 7)

La santidad es un llamado divino para todos los hijos de Dios que desean vivir en la conquista de la intimidad. Salmos 25:14 dice: "La intimidad del Señor es para los que le buscan, a los cuales Él dará a conocer su alianza." La santidad está relacionada con la intimidad. Cuanto más se relacione con Dios, más podrá absorber de su carácter, o sea, más santo usted se vuelve. Esto no es una opción, es un requisito del Padre.

En verdad, todo lo que necesitas es estar firme en el llamado que el Señor ha confiado a tu vida., Independiente de las luchas del siglo, el Señor confía plenamente que usted hará diferencia en su generación, porque usted decidió caminar por principios que no pueden ser quebrados.

SANTIDAD, RELACIÓN VERTICAL Y HORIZONTAL

La santidad es una reivindicación de relación tanto vertical como horizontal, y requiere pletitud. Usted no puede ser santo por la mitad, una parte de usted viviendo en santidad y la otra parte en pecado.

Vivimos en una sociedad donde las propuestas están orientadas hacia autosatisfacción, las motivaciones son equivocadas y los deseos de una conquista de fortalecimiento de reino personal debilitan las relaciones. Por eso, la necesidad de vivir una vida que destile la esencia de santidad.

La santidad nos lleva a tener relaciones verticales y horizontales, aprendemos a lidiar con todos y a respetar a todos, no sólo a los líderes. Un joven que vive en santidad no anda aislado, antes, se relaciona y expresa, en todo lo que concierne a la vida de Dios.

Cuando encuentres a personas desconfiadas, desacreditadas, frustradas, puedes estar seguro que ellas no están caminando por el camino de la santidad. Estos son sentimientos que hieren los principios de la alianza horizontal y, consecuentemente, de la vertical también. La santidad nos hace caminar en el llamado de responsabilidad, que es  el precio exigido por la alianza.

Una vida de santidad nos hace avanzar con mucha salud horizontal y vertical, con las personas a nuestro lado, sin tener miedo, pero reconociendo que cada persona que Dios añade a nuestra vida es un regalo que Él nos da para fortalecer la relación y el amor. Es por eso por lo que Efesios 5:21 dice: "Sujetándose unos a otros en el temor de Cristo."

No viva con divisiones, no acepte la inseguridad que desea construir paredes e impedir que Dios actúe haciendo la conquista en la dimensión que Él nos prometió. Cristo rompió la pared de la separación, que el hombre  gusta hacer para crear su universo particular y esclavizar a la gente.

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Plano de Leitura Bíblica

24 Dez
Jó 33
Zacarias 9
Apocalipse
7 a 9
25 Dez
Jó 34
Zacarias 10
Apocalipse
10 e 11
26 Dez
Jó 35 e 36
Zacarias 11
Apocalipse
12 e 13
27 Dez
Jó 37
Zacarias 12
Apocalipse 14
28 Dez
Jó 38
Zacarias 13 e 14
Apocalipse
15 e 16
29 Dez
Jó 39
Malaquias 1
Apocalipse
17 e 18
30 Dez
Jó 40
Malaquias 2
Apocalipse
19 e 20